miércoles, 20 de noviembre de 2013

Os lo voy a poner fácil...

 Os lo voy a poner fácil, hacednos una lobotomía en nuestros ya dormidos cerebros, apagad cualquier vestigio de pensamientos propios, cualquier foco de rebeldía...




No es cuestión de crear más leyes, ¿cuántas necesitáis?, es cuestión de aplicar las existentes, a todos, por igual, es cuestión de dejar de amparar tanta impunidad, de protegeros entre vosotros, siempre los mismos, los dueños del tablero.



Y si queréis llegar al fondo del problema, no es cuestión de leyes, es un simple caso de educación, esa que cada día destrozáis un poco más, esa única herramienta que puede hacer que dejemos de ser un pueblo acomplejado, sometido, no pensante, no crítico más allá de la barra del bar, esa que nos debería hacer un pueblo educado y respetuoso con todos y todo, esa educación que está claro os falta...

Silencios llenos de preguntas...

  Silencio, recuerdo esos días hipnotizado mirando el teléfono que nunca llegó a sonar... Sois varios los que dejastéis como tarjeta de despedida un eterno y sonoro silencio. Nunca supe interpretar exáctamente su significado; si tanto daño os hice, si tanto os deufradé, si dejé de poderos ofrecer nada que os interesase ya, si recibísteis una dosis letal de mí, si sólo fui un accidente, si no sabíais que decir, si los remordimientos os lo impidieron, si, simplente fue vuestra forma de cerrar un capítulo agotado, de pasar página. Supongo que en cada caso hubo sus razones, sus motivos, a todos os deseo lo mejor porque fuiste parte vital en mi camino, porque aún me importáis,  por eso me duele, no lo negaré, ese silencio que me dejó relegado a una sombra, a un recuerdo, a un hilo de humo que se difumina en el horizonte. Me entristece pero lo respeto cualquiera que sean vuestros motivos. Yo escojo no desconectar, me quedo con todo lo bueno que dejásteis, alguna foto de lo que os llevásteis, una sonrisa en el recuerdo y una mella en el alma.